Hoy que me resigno verlo a la distancia
desconstruyo mi universo.
Dejo el prefacio desnudo y huérfano sin alegorías
sin colores.
El pentagrama desprovisto de claves y de soles
me propone dejar de buscarlo en los sonidos y
en cada melodía.
Soy habitante del silencio.
Desvalida, muda, agonizante, con el sonido
de estas teclas que marcan el ritmo
de mi sangre.
En la penumbra del recuerdo y desde allá
se apodera de la brusca pulsión
que encabrita mis ensueños y la emoción.
Victoria Asís-