Es sin duda mi amiga que he soñado
aquel desnudo amor en el desierto,
bajo un cielo de Lunas descubierto
y un añil de caricias despeinado;
vagábamos los dos en un dorado,
en un vago rincón de cielo abierto
ensayando el sinfónico concierto
que rima con un pecho enamorado;
de pronto, me supe recostado
sobre tu joven cuerpo empecinado
en brindarme tu virgen geografía,
mientras el sol gritaba ensangrentado
y el sello de tu beso explosionado
a mi interno recinto seducía!
Sonetos del libro Rimas insolentes
Rodolfo Leiro-