Angustia de glicina,
dolor de la gramilla,
la boca del fusil
que espera y calla…
La hora es la señal
que aguarda entre los talas.
¿Habrá lunas y estrellas
o quizás la tormenta
anuncie el desatino?
Las dudas en creciente,
la Patria que se espanta,
memorias del amor…
Un patio y un aljibe,
el crimen sin olvido
el pueblo y la traición…
María Elisa Esain-