Como aquel que atento a la lucidez
buscó su soledad,
la percepción del límite,
la noche traza su frontera.
Inacabable penetra el recuerdo,
amanece y distrae mi aliento.
Así se encuentra el extravío.
La quilla sobre la amargura
de la usurpación.
Entonces alcanzo a comprender
que no nos salva el amor ni la esperanza.
Carlos Penelas-