Suspira el agua su sueño de siglos.
Sus gotas
persistentes, me acompañan. Trepanan mi cerebro, hacen trizas los sueños.
Murmuran traviesas aventuras de una vez en la vida.
Transitan conmigo el mundo de lxs muertxs,
sombrías, recorren las cortinas
y en las noches umbrías
reflejan en pavores
tantas muertes tempranas.
La de mi madre, enmudecida.
Azotan con su ritmo esos recuerdos vivos
de seres calcinadxs, flotando, hambreadxs, desaparecidxs.
Torturas que no salvan
al porvenir de su entrega.
Hartazgo de una vida que
sin saberlo, aun espera.
Marta Zabaleta – Exilio, 24 de diciembre 2018