Extraviarme en ti,
en el sinuoso camino
de tu deseo;
en la marea de tus besos,
gigantes olas que
me llevan a la playa esperada,
donde reposarán mis huesos.
Extraviarme en ti,
en el laberinto de tus ojos,
claros y serenos.
En el abrazo inmenso de
tus alas al viento.
En el río inagotable de tus
«te quiero”.
Extraviarme en ti,
perderme en tus rincones,
en todos tus huecos.
Que tu risa borre mi historia
para volver a encontrarme, en ti,
vestida de jazmines,
desnuda de memoria.
Del libro Miel y ajenjo… los sabores de mi boca
Cristina Monte-