Y yo me iré y estaré sin estar
En mis libros, en mi cuarto vacío, mi cuaderno
de versos,
y alguna vez, algún invierno
Tal vez en el recuerdo…
En la oración de mis hijos, por la noche,
en la palabra no dicha
que se quedó en la mano antes de ser escrita;
en el verde brote de la hierba
guardado en el silencio junto a la mujer que amaba
y que se fue primero.
Regresaré tal vez en otra primavera en azahares,
en frutos amarillos poblados de coyuyos
que maduren la siesta;
En el agua tímida de la acequia buscando la sombra
de una higuera,
para endulzar de sabor la boca de la tarde
cuando el sol agoniza
para dormir su noche de diciembre
y regresar en la aurora de otro día para inundar de luz
la mañana siguiente.
Y yo me iré
Y estaré sin estar en la lágrima tibia de algunos ojos
que querían despedirme y no pudieron,
por mi premura al partir.
Y yo me iré
con la primera luz de una mañana recién amanecida
iluminando el cuarto que se quedó vacío,
un libro sin leer
derramado en el suelo y un cuaderno de versos
sin la palabra escrita por el apuro del viaje,
buscando en los silencios,
una sombra, demorada en la espera…
Gustavo Córdoba-