La brisa del río puebla la casa
y en el patio vuelan las retamas.
La noche aún tiene cerrada su boca.
Una mujer alegre y enharinada
amasa el alimento de los otros.
Su ancho corazón intuye
cómo leva el goce en los que aman.
El frágil rancherío de la costa
se esponja bajo el sol.
Pepita espera detrás del mostrador.
Feliz la mañana en cada niño.
Al pan los pobres no lo pagan.
a la familia Parra.
Del libro Un niño en la orilla
César Bisso-