Ven, amiga
Sentémonos muy cerca de la piedra
Que sabe del secreto contenido
De los silencios sin sentido
Dame la mano. Ven…
Es hora de mirarnos a los ojos
Es hora… Sí, ya es hora
De conceder minutos a la espera
Regalemos miradas, sentimiento…
Que tu rostro y el mío, aunque lejanos
Puedan verse en auténtico camino
Regresemos al mundo en que las voces
Eran voces audibles, transparentes,
Gorjeos encantando el universo
Proyectos enhebrados
¿Qué ha pasado en tu vida y en la mía?
¿Cuándo le dimos paso a ese “después”
que tejió enredaderas
separando los sueños encontrados?
¿Quién quiso que me confundas y en un juego
macabro y traicionero me dibujó
Sin luz en tu recuerdo?
¿Cuándo ya no supimos extrañarnos?
Voluptuosa manera del destino
Que apila obligaciones sin sentido
Y nos hace sentir que somos únicas
Tal vez imprescindibles
Para otros que nos quitan la voz…
¿Cuándo fue? Cuándo – ese sol
de primaveras compartidas-
comenzó a tejer sombras?…
Ven amiga… Soy la misma de ayer
La distancia sólo apura el llamado
Si me extrañas sólo ven…
Ya no preguntaré
Estoy aquí… Enhebrando proyectos
Será un minuto
De miradas compartidas
El silencio
Que se abandona y logra tener voz
Dos manos que transmiten
Será la vida
Que regresa vida
Después de un silencio sin sentido.
María Alicia del Rosario Gómez-