Sin la hoguera inexorable de mi amor
todos mis bienes son precarios.
He resistido escalofríos e inclemencias y derrumbes.
He meditado con sosiego en las habitaciones del silencio.
He conseguido algún triunfo entre mares neblinosos.
Sin la trama del dolor o la belleza
todos mis días son engaños.
He batallado contra miedos insolubles.
He visitado los infiernos del insomnio.
He caído al fondo de varios precipicios.
Sin la brutal sinceridad que me protege
todos mis sueños son espuma.
Damián Andreñuk-