Intenta reavivar sus sueños
en esta hora quieta.
Cruza su extraño acaecer
en la violencia hiriente
de unas sádicas sombras.
Incauto es su camino.
Busca con afán certeza
en cuanto su alma ansía.
Y al ausentarse el día
lo lesiona el peso
continuo de su historia
En la pared descubre
desvaídos esbozos
y la polilla sigue
agostando a las horas.
Resigna sus anhelos.
Va y viene. Piensa y habla.
Luego mira al cielo luminoso.
Julio Bepré-