Poemas

El legado

(A mi madre)

 

Madre,

la batea silenció su trajinar,

la plancha mientras dormita

va apagando su calor,

la cocina siempre bulliciosa

dejó de cantar y bailar,

le echan de menos

a las caricias de tus manos.

 

Como uno, solo

escuchaban tus oraciones,

tu modo de santiguar,

de pedirle al padre Dios

para tus hijos su bendición.

 

Dura fue la lucha, lo sé,

siempre de tu mente

bullía tu trabajo:

lavar, planchar, cocinar

Acariciar.

 

Gracias a Dios,

mis hermanas,

siguiendo tus pasos,

se integraron a la vida

gracias al legado

que mi Madre supo dar.

 

Ricardo Ponce Castillo-

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *