Vida que vas de golpe a recoger mi figura
en otra parte donde no puedo estar.
Tráeme, aves que levanten mi vuelo,
flores perfumándome el rostro, hojas de Algarrobo
para sacudir mis vestidos viejos,
y esta afanada vida que tan dura vida me da
déjala cerca del río.
Tráeme, un suspiro alegre, donde guarde mi risa
de los intrusos que la cortan con el dolor.
No me traigas tantas tristezas, casi quedo ciega.
Y te quiero tanto, Vida.
Anabel Vera Suárez-