Y volveré a cruzar
una vez más el puente.
Mientras miro las torres
de enmudecidas cúpulas,
me tragarán las calles,
esas calles angostas
en las que todo cabe;
esas calles antiguas
donde todo es silencio
y las almas en pena
vagan sobre la piedra
sin que nadie perciba su presencia
allí bajo la niebla de los siglos
donde toda presencia es un olvido.
Sergio Barao Llop-