Empapada en su ternura
quedé atrapada
en el naufragio de sus ojos de abejas.
¡Tanta miel desperdiciada
en la espiral concéntrica de una biografía!.
En la bóveda afrodisíaca de un beso
no hay ayer.
Un mañana inagotable de promesas.
Brotes de conspiraciones clementinas.
El olor de nuestra piel y de la tierra.
Un método se desprende de lo esencial.
El sigiloso cuidado de reconstruir
el lienzo vital
del hombre casi perfecto,
de la vida regular.
De que el último sueño vivido
a la luz primera del día
sea polen que vuela sobre la colmena,
pez mordiendo el sedal,
el tejedor en el punto justo
de la obra concluida,
la llegada de las grullas en el telar.
Beso que acaricia la sonrisa.
Mirta Sema-