Me he convertido en una sombra más,
renacida en la cúpula,
rodeada de estaciones
y de almas que deambulan
bajo el tiempo libre
que se refleja en sus silencios.
Pero ya es el momento,
lo indican las manecillas
que palpitan en el rincón
ahogado de recuerdos.
En las ruinas del olvido
algo grita en nombre de lo que se fue;
está en la entraña
de algún laberinto sombrío,
lo busco, es inalcanzable, parece eterno.
Ni siquiera puedo
con la baraja exacta
de las horas que al pasar
me golpean.
De este lado,
el vapor de los trenes
ocupa el camino
que ya han recorrido
las horas de tu ausencia inconclusa.
A la derecha,
al ver por la ventan,
estás tú;
entre la hora precisa para llamarte
y el vacío profundo
dentro de lo que cabe amarte.
José Julián López Gutiérrez-