Del día nos queda
la misma confianza
del árbol
al borde circular
de su sombra
palabras que apenas
recordamos
una cierta música
en el quieto
reposar de las cosas
que fluyen
De una mano ese gesto
que creímos verdadero
algo que nunca
fue nuestro,
acaso eso mismo
que nos deja
como luz en desbandada
errantes los pasos
en un parque
inundado de pronto
por la alta marea
de la noche
Alejandro Drewes-