cómo nos cuesta aún dar un beso
un abrazo o una caricia
nos valoramos tanto como el oro
y egoístas
lo retenemos
como si el cariño se gastase
nuestro cuerpo es nuestro
y a la vez
no nos pertenece
porque nacemos de un acto de creación
malgastemos juntos los besos
los abrazos y las caricias
no dejemos ni un solo momento de ternura
para la tierra que nos habrá de secuestrar
para el aire que llevará nuestras cenizas
demos al otro nuestro cuerpo
como el agua que necesita el sediento
seamos por fin libertad
pues no hay ser más libre
que aquel que se entrega a los demás
Del libro Ángeles sin cielo
Francisco Cenamor-