Es la hora incierta
de las espumas grises,
es la hora de la proa
que desciende a la garganta del mar,
nadie duerme en este parto
nadie llora sobre la sombra,
la noche siempre regresa
con su vistosa revelación de angel,
le han robado los ojos al mar
se le han ido las manos,
los oídos tiemblan por la borda
de los barcos que esfuman,
su rosa de óxidos y herrumbre,
su compás de vientos
su ronda secreta,
el antiguo canto de los pequeños peces
promete luces bajo el signo.
Detrás del oscuro pedernal y mas abajo,
junto a la espalda del último abismo,
en la soledad oscura
del pequeño hueso,
la despavorida soledad
del sueño en la boca,
mariposa de sal y noche
máscara de silencio,
agua infinita
agua de frío
agua de agua
agua de miedo
agua y espina
miedo en línea.
Daniel Arias-