Un día seré tuya, un día, es cierto.
Ni lo sé ni me quejo en demasía;
tan segura de tenerte estoy en vida
que ni gimo ni busco ni te acecho.
Mi alma y mi pupila se estremecen
de esperarte hacia la tarde, al mediodía.
Un día seré tuya, un solo día
y rugirá mi ser en agonía.
María Cristina Bosch-