sin querer entrar en la corriente de polvo
fui atrapado en el viento del desierto
me salieron espinas en la lengua
y ya no pude tragar
al costado de mi cuerpo fueron formándose cayos
verdes y amarillas pupilas de lagarto
el sol dejó de quemarme
y las espinas
las espinas me duelen todavía
pero ya no sueño con mi padre
sino con un cerro de barro anaranjado sobre el que
se pone la luna
por las noches el frío me hace quedar mirando
las estrellas]
mientras mi sangre guarda al sol
mi única esperanza
es que el viento gire para siempre hasta la piedra.
hasta la piedra.
Adrián Campillay-