Y si muero, antes de ser tuya
que canten las mariposas
y todos los pájaros callen,
que oscurezca más temprano
y que la frívola luna
palidezca vergonzosamente.
Y que vengas a mi entierro
con una lágrima en
tu cuaderno
y un paso, aunque triste
masculino y seguro.
Que abraces a mis amigos
y envíes una breve nota
a mis corresponsales.
Que pongas tú la tierra
en mi tumba
sin flores, sin llantos.
Pero, que no me digas
ningún adiós
pues habré de volver
a pagar mi deuda.
Y volveré en la forma
que tú prefieras:
como aire o agua,
tierra o fuego.
Para ser tuya
en fera(o)z abrazo
en abrazo tuyo
en tu abrazo.
Cecilia Castillo-