Poemas

En la doliente soledad del domingo…

Aquí estoy,

desnuda,

sobre las sábanas solitarias

de esta cama donde te deseo.

 

Veo mi cuerpo,

liso y rosado en el espejo,

mi cuerpo

que fue ávido territorio de tus besos;

este cuerpo lleno de recuerdos

de tu desbordada pasión

sobre el que peleaste sudorosas batallas

en largas noches de quejidos y risas

y ruidos de mis cuevas interiores.

 

Veo mis pechos

que acomodabas sonriendo

en la palma de tu mano,

que apretabas como pájaros pequeños

en tus jaulas de cinco barrotes,

mientras una flor se me encendía

y paraba su dura corola

contra tu carne dulce.

 

 

 

Veo mis piernas,

largas y lentas conocedoras de tus caricias,

que giraban rápidas y nerviosas sobre sus goznes

para abrirte el sendero de la perdición

hacia mi mismo centro,

y la suave vegetación del monte

donde urdiste sordos combates

coronados de gozo,

anunciados por descargas de fusilerías

y truenos primitivos.

 

Me veo y no me estoy viendo,

es un espejo de vos el que se extiende doliente

sobre esta soledad de domingo,

un espejo rosado,

un molde hueco buscando su otro hemisferio.

 

Llueve copiosamente

sobre mi cara

y sólo pienso en tu lejano amor

mientras cobijo

con todas mis fuerzas,

la esperanza.

 

Gioconda Belli-

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