Una delicia para el corazón;
esos dichos tuyos que me llenaron el alma.
Esos gestos tan prontos.
Las decisiones oportunas, sin miedos, sin dudas.
Ese sentir increíble que era nuestro.
Las palabras justas, las respuestas.
Tu mirada profunda, sin miedos.
Tu ternura y la mía.
Hasta tus silencios.
El mar en calma,
las gotas de lluvia,
ese interminable: Te quierooo.
Tu abrazo sincero,
tu risa y la mía,
los paseos.
Esperar y esperar cada regreso.
La alegría contenida
y expresada en cada encuentro.
Saberte cerca en la distancia,
querer detener el tiempo
en cada palabra, en cada gesto.
Todo eso y más, ha sido:
Una delicia para el corazón
una caricia para el alma.
Vicky Martínez-