Cuando lloro
lloro todos mis fracasos
apabullado.
Están y los acepto
en mi total desventura
que grita el grito absurdo y desquiciado
desde mi garganta.
Me recupero vuelvo a hablar
Converso
con esta voz que no es la mía
-resquebrajada, inerme-
que ondula repitiente
y pretende ser mi voz aquella mía
la de antes del derrumbe
firmeza y segura mi voz
antes del colapso
de tu muerte en la que vivo y no soy yo
sino el desvergonzado
obsceno trashumante
que mi cuerpo usurpa día a día.
Arturo Carrera-