El mar soplaba campanas,
las campanas secaban las flores,
las flores eran cabezas de santos.
Mi memoria llena de palabras,
mis pensamientos buscando fantasmas,
mis pesadillas atrasadas de muchas noches.
De madrugada, mis pensamientos puros
volaban como telegramas;
y en las ventanas encendidas toda la noche
el retrato de la muerte
hizo esfuerzos desesperados para huir.
Joao Cabral de Melo Neto-