El cielo se desplegó en mis manos
me dio tus letras de nácar
un mundo nuevo
lleno de colores
donde mi lienzo
es la tela que labro de ilusiones.
Qué te digo a ti,
que has iluminado mi camino
sortilegio, alma y desatino
convención conjuro de un rato.
Mi hoja ya no está en blanco,
silencio azul tarde y melodía
perlas plumas, tinteros hay para rato.
Mi letra se escribe sola
con tinta de amapola
sin distancia ni arrogancia
se envuelve cautiva y te enlaza sola.
Deseosa las letras de más desvelos
de incontrolables esencias
que quiten suspiros
de vientos tornasolados
de aguas de otros molinos.
De cielos azorados,
de otros soles y torbellinos,
de estar siempre de ti enamorado,
si te escondes
yo te sigo;
en donde lo oculto
se haga culto de adorarte,
sólo para amarte.
De hacerme peregrino en tu camino
cuantas más piedras
menos me lastimo.
A mis oídos llegan una y mil voces
susurros dulces
jamás atroces.
Cristalinos mis ojos quiebran tu piel
que la hacen polvo o la vuelven miel
la censuran mis labios en éste capricho
qué no es más locura
que lo que he dicho.
Rizan las risas en mis sonrisas
cargadas de olas de caracolas
mar cielo tierra y de nuevo…
buscarte, encontrarte
desearte y amarte.
Mi hoja ya no está en blanco
silencio azul tarde y melodía
perlas plumas, tinteros hay para rato.
Bárbara Himmel-
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