Por ese día de invierno
que llegó sin buscarlo.
Por ese momento único y primero.
Por ese sentir sublime y verdadero.
Por tu mirada profunda.
Por aquellos miedos.
Por creer y sentir
que podía ser cierto.
Por tu entrega y mi desvelo.
Por el amor que fue creciendo.
Por las dudas y las verdades.
Por la palabra y la certeza.
Por las cosas que nos unieron.
Por lo que nos hizo conocernos.
Por la ternura y las esperanzas.
Por las lágrimas que lloramos
y nos enseñaron templanza.
Porque seguimos creyendo
como aquel día primero,
que llegó sin buscarlo
una mañana de invierno.
Vicky Martínez-