He visto a la tarde
coqueteando con la luna,
en una rama de olivo
le daba besos de aceituna.
Un jilguero celoso
le estaba contando a la encina,
que por sus trinos la alondra
cuando lo escucha alucina.
Y entre los cañaverales
una araña inquieta,
con hilos de enea finos
una cometa sujeta.
Que está llegando la noche
y también busca cobijo,
entre la forja de hiedra
de las rejas de un cortijo.
Se va escondiendo mi sombra,
me voy silbando por el camino,
que buena tarde he pasado
en mi bucólico destino.
Rafael Llamas Jiménez-