Desde un mundo lejano del suelo que pisas
de la misma esencia del alma que suspira;
de este corazón lejano que atesora prisas,
desde aquí mis ojos saben que te miran
posada en tu silencio de auroras por llegar,
talvez metida entre la noche que te abriga,
la media luz que aprisiona tu lánguido mirar,
el hondo penar que no quieres que desdiga.
Desde mi propia angustia desleída en llanto
estoy vagando en letras que aprisionan ruegos
al duende que te amarra; quiero ser el canto
que ronda tus balcones, la lira que estremece
tus pasiones, el campo fresco, el suave riego
de mi fuente a tu cereza que mi soñar se mece.
Joseph Berolo-
Desde la construcción del verso, mal hecha; a la abundancia de hipérbaton perimidos. ¡¡¡Lamentable soneto!
Perla