Hoy desperté con el corazón y la razón increíblemente en armonía.
Alineados, inflamados de gratitud por la vida que me da lecciones insólitas
con las que aprendo a bucear en cada dificultad para llenarme de sabiduría…
No es fácil; las heridas del cuerpo las cuidamos desinfectamos y van sanando
dejando huellas visibles sin embargo, las del alma
son interminablemente vulnerables; basta una canción, una palabra,
un amanecer… un solo recuerdo
para que el dolor regrese y sangre a borbotones
Y es ahí donde recurro a la fortaleza que hay en mí,
la que fui forjando en el devenir del tiempo y entonces,
doy gracias por todo lo vivido y por las enseñanzas
que me dan la seguridad de que todo pasa…
y vuelve la esperanza, el anhelo de ser feliz nuevamente.
Celina del Mar-
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