a mi amigo inenarrable
hay como un silencio de manos
que extendidas al vacío
aletean
cual palomas
bullangueras
Sobre la esfinge de la noche
se abre el día
y va apagando la luna.
Me cuenta que allá aún duermen,
y que tú me sueñas.
Marta Zabaleta-
Por un instante fue como ver una secuencia cinematográfica,
aunque el poema esté dedicado a tu amigo inenarrable, las
palabras narran. Muy bueno
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