el tiempo del destiempo
trepanó los últimos signos de la voluntad
pasó cerca y rápido
final de un camino equivocado
principio de un mañana
quizá
también equivocado
el tiempo del destiempo
llenó los ojos de telarañas
los nervios de rencores
las manos de un vacío pegajoso
colgó en las bocas el silencio de la frase que no pudo decirse
forzó la despedida a los ojos de mármol
que nos miraban
desde quién sabe dónde.
Graciela Bucci-