Poemas

Tiempo

Ha llegado la hora de mostrarnos desnudas

por la casa.

Si alguien puede contemplarnos son los muertos,

nadie más:

los personajes de liturgias extrañas

más perfume

que uñas y que vida.

Caminamos desnudas,

los sexos liberados por ángeles de tiempo

y en los pechos

una leve ceniza

mixtura

de regiones con frutos a la siesta.

Nos hicieron mujeres y como tales somos

una mitad de símbolo

y una mitad de arena.

Desnudas sin más leyes

que una naturaleza podadora de sangres.

Aquí miramos los retratos que penden de los clavos

como se miran las propias manos

y se escuchan los propios gritos

con esa continua herencia en objetos y horas

y sin embargo

respiramos la certeza de una piel

que no se vive

pero que se presiente.

 

Lucía Carmona-

 

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