Poemas

Sueños fantásticos de una noche de quimeras derretidas

Frente al paredón

borraba su delirio

un porvenir de balas.

La luna transmutaba

su presencia

pebeta brava

proyectándose

en los vidrios sin marco

del camión alfombrado

adonde irían a acostarnos

luego de fusilarnos.

Sésamo ábrete:

la patrulla descubrió

a dos mujeres

con bebés

en sus brazos.

El coronel verdugo

se mimetizó en la nieve

y les brindó

chocolate caliente

en el vientre vacío

del último suspiro

de la triste aventura

de esa noche tan larga.

Y sonó la metralla.

No hubo pánico

ni volaron los pájaros:

la historia

ya no desensillaba.

Y en la noche

nunca aúllan

los lobos

cuando atacan

y matan.

 

Marta Zabaleta-

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