Escapan las palabras, huyen de mí,
se ocultan misteriosas en los huecos del aire
y detienen el vuelo galano de los pájaro
dejándolos inmersos en un instante inmóvil.
Las palabras emigran repletas de silencio
y llevan escondido un ardid en sus letras
por mí reconocido al esperar que arribes
y luego en la alegría de caminar la tarde.
Las palabras deshacen la pobre realidad
al abrir el enigma sumiso de tu ser.
¿Dónde hallar prontamente las ideas precisas
para exaltarte más y realzar al mundo?
Pero yo necesito ahora contemplarte,
retener tus visajes y quedar demudado
porque sonríes hasta cuando cierro los ojos.
Rehago cada día si llamas por mi nombre.
De la plaqueta Adiós inacabado, Buenos Aires 2008
Julio Bepré-
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