Desde un tiempo hechizado,
de misterios y sonidos fugaces,
cantan en el aire,
sus alas enhebrando
letras de preguntas y respuestas.
Paridas en vientres húmedos
sus danzas callan al silencio
y viajan en calles sin nombres,
recitando y susurrando.
En las horas en que el viento
silbaba entre girasoles
los pasos de la brisa
buscaban escucharla.
Si contorneadas en el papel,
van vestidas de tintas
callan asombradas,
en espacios entreabiertos
para volverse añejas
abandonando la brevedad.
Stella Maris Taboro-
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