Llegaste de sorpresa,
como llegan las tormentas.
Tu mirada hizo estragos
al mirarme
y mi ser fue un río revuelto.
Estaba distraída
y me ruborizó el hecho,
lograste sacarme de mi eje
y mis manos
no lograban, quedarse quietas.
Tu presencia
hizo en mí
una fiesta.
No sé aún, si fue el miedo
a cerrar ese mito del recuerdo,
esa ausencia
que no te permite
seguir viviendo a pleno.
Llegaste
y hoy…
me encuentro
con tu ausencia.
Nerina Thomas-
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