morirás hermano
-si siempre lo supiste-
morirás como morimos todos, y de a uno
sin empujarnos ni apurar nada, lentos,
con el desgano de los que bien viven
y se alejan
también te tocará sin lloriqueos
-porque lo sé, lo enseñas
sin decirlo-
y tal vez estemos a despedirte, como es bueno
no dejar nunca a solas los amigos
pero qué digo
si nunca he comprado
nada que parezca a milagro
o dure largo;
es probable también que en el galope
te dejemos de a pie
por apurarnos
vos morirás, nosotros moriremos
pero esos hijos de buey que hoy te la surten
morirán para siempre y de otro modo;
como perros quizá:
perros de nadie,
como mal trago que enseguida
alguien lo escupe
vas a morir para seguir estando
porque estás entretejido entre nosotros
y ya ni vos mismo te nombramos
sos esta vida que abrimos
y gestamos
un pedacito nuestro:
nuestro canto.
Carlos Roldán-