Lenta caravana
de meses sin agua,
siguen los camellos.
Aguantan sin prisa,
aguantan sin lágrimas,
sin una caricia.
Se movió la arena,
con formas geométricas
dunas y oquedades.
Lenta en el desierto,
lenta caravana,
lentos los camellos,
calor y viento,
y sin agua.
Y en medio de todo,
el brocal del pozo,
el riego gotea
entre plantaciones
y la casa en sombra.
Áurea López Quiles-
Pingback: 16 de octubre de 2013 : : Cronica Literaria