nada ha quedado de lo que fui contigo
nada de ti me pertenece
más que este refucilo de estrellas en mi sangre
y mi vértigo.
la noche pega su filo en mi cuerpo
y no puedo la ternura cuando mi soledad
se hace más grande que la vida;
quiero volver a tus cenizas, urdir otra vez
ese himno imperdonable de pájaros ciegos
que sostuvimos.
indigna y espléndida, la muerte
se lleva hasta lo que no has dejado.
Alfredo Luna-