Tierra aromada de luz
que fundó la fragancia,
con su faena de viento,
labrador de distancias.
Fue de campana y maíz
el milagro de un valle,
con resolanas de siglos
maduraron sus calles.
Es San Fernando un verdor
solariego de Ambato,
alma de hispano y de indio
dan tonada a mi canto.
Es serenata del polen
su buen sol y Alameda,
oigo su canto de plaza
en su vieja arboleda.
Lunas que moja El Jumeal
echan luz por las huellas,
para que el Río del Valle
cruce toros de arena.
Hay que soñarle un jazmín,
y en su tierra guardar,
ser la torcaz de sus vientos
donde vuela el azahar.
Romance por mi ciudad,
flor del aire y nostalgia,
alzo su viento del sur,
polen, lluvia y distancias.
Aníbal Albornoz Ávila-
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