La soledad se filtra en tu mirada
y tu risa acaricia el alma
sedienta de experiencias.
Tu boca besa mis silencios
cuando en la tarde espero a que vuelvas.
Tus pasos se llenan de promesas
para intentar regresos.
Y tus manos son dos palomas
con la fuerza del águila
posándose en mi espalda.
Rosa Lía Cuello-