Algo de los cuentos de Felisberto, de Arlt o de Onetti se hace visible aquí, en esta suerte de “alegoría del invierno” que es también, a su modo, una alegoría del infierno de un grupo de hombres que han sido abandonados por el destino en el acto de cruzar eternamente el Aqueronte rioplatense.
Con una dicción coloquial de otra época, no desprovista de sutilísimas referencias (como la de Luciano de Samosata, uno de los primeros que se atrevió a la catábasis), este libro -de Alejandro García Schnetzer- está hecho de personajes que se van corporizando sin corporizarse, porque ¿cómo podrían? si no son más que prismas de lenguaje.
Mujica Láinez dijo alguna vez que lo bello es una categoría de lo raro. Y este libro de Alejandro García Schnetzer es rarísimo.
Alejandro García Schnetzer (Buenos Aires, 1974) estudió Edición en las universidades de Buenos Aires y Barcelona, ciudad donde vive. Tradujo a Eça de Queirós, Pessoa, Camões, Machado de Assis, Rimbaud y Diderot. En Entropía ha publicado las novelas Requena (2007), Andrade (2012) y Quiroga (2015). (Editorial Entropía)
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