Poemas

Autobiográfica primera

Dada la parsimonia que, hasta ahora,
manifestó la historia para justificar sus yerros
(y algunos aciertos que los equilibraran),
el silencio oculto en las respuestas
de las religiones, las ciencias, las filosofías,
este simple mortal, en un día lluvioso
y de ventisca agreste, tributa,
no obstante la incertidumbre que colmara,
al pensarse, su existencia,
los siguientes agradecimientos:
a los dibujos animados
las tiras cómicas,
los ositos de peluche,
las mentiras que me prodigaran
cuando me hallaba enfermo,
la belleza expuesta, como llagas beatíficas
en las artes, sin condicionamientos para experimentarla,
a los iconoclastas, que nunca demolieran definitivamente
las compulsiones de la sociedad, pero las desnudaran,
y a cuanta ruptura implique
una libertad desaforada, única, absoluta.

(de “Amaneceres vedados al tiempo”, La Luna Que, Buenos Aires, 2013)
Carlos Enrique Berbeglia-

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