Una decisión inexorable vertebra esta novela: incendiar París. Y también una pregunta urgente; la pregunta sobre la identidad, o sobre sus pliegues, o acaso su imposibilidad. En su permanente doblez, este texto alterna entre dos cadenas de agobios: el diario Libération, las piletas públicas parisinas, las catacumbas y la librería Shakespeare & Co.; Cortázar, las empanadas del 25 de Mayo, Eva Perón y Atahualpa Yupanqui. Lo que va surgiendo entonces es la inadecuación entre dos series de indómitos malentendidos sociales, que también son íntimos.
En París y el odio confluyen tres historias: la de un joven argentino que se afinca en la capital francesa atrapado entre la física teórica y la pretensión literaria; la de un escritor consagrado en el extranjero que busca justificar su posición canónica, y la de un hallazgo arqueológico que será al mismo tiempo disparador y desenlace. Es por esos caminos que Matías Alinovi reafirma su voz única: ofrece en estas páginas una cadencia que se nutre del verso alejandrino y una estrategia narrativa que conduce de la angustia a la ironía y desde ahí hasta el derrumbe. Así, esta novela va construyendo ruinas con los materiales de un estilo que sólo puede ser definido como incendiario. (Editorial Entropía)