La tarde se acurruca
y pronuncia su nombre
por eso, quiero saber de él.
Una melodía me rodea
en adagios de ternuras
En esta hora me confieso, descubro
que me apareo con el tono de su voz
y con ese sonido previo donde
hacer la pausa.
De principio a fin cada nota que bosquejo
lo edifica.
Al leerme intuye que es el impulso creativo
que en poesía nos entrama.
Acepto que son mis vísceras
quienes dan significado a sus giros
y se quedan en mí como un contacto tibio
estremecido, que se da en cada página
de creación sentida…
Victoria Asís-
Pingback: 6 de julio de 2016 : : Cronica Literaria