Aquel lugar
en donde las cosas ocupan espacio
y el polvo no tiene presencia.
Donde reír a dúo con las campanas
es cosa cotidiana.
Donde los minutos
no caen goteando tiempo.
Donde el café se revuelve
con cabos de margaritas.
Donde los pétalos no deshojan amores
sino que juegan a las escondidas con las nubes,
y en donde el sol
resuelve perpetuarse incendiando el horizonte.
Ese lugar
te tiene prisionero
entre el arrullo y el alba.
Entre la lluvia y el beso.
Entre el camino y el viento.
Entre mi suspiro
y tu eternidad…
Norma Núñez-