A Roberto Reséndiz Carmona, poeta mexicano
La ciudad donde me resisto
es como un simio alucinado:
[Que da saltos de obscena locura
o se agarrota en lugar oscuro
según quién a su jaula se asome.
Que se planta desafiante en medio
o embiste contra todo amilanado
según cuánta carnada le toque].
Esta ciudad, donde me arrebato,
es como ‘La Caverna del Delirio’:
[Aquí cada animal sobresale imperioso
o desaparece en el fango más hondo
según las fallas de su caparazón inhóspito.
Aquí cada bestia festeja sus falsos logros
o arrastra larga su sombría miseria
por la ignominia que acumula contra otros].
Aquí, donde el hombre con el hombre
se tropieza y jamás se reconocen.
[¿Serán iguales -perplejo a ratos pregunto-
el resto todo de las ciudades del Mundo?
Y me respondo descarnado: pero si soy yo
uno más de éstos que a ratos me encaverno
y otras alucino. Soy, finalmente, de los tantos
que con sus miserias alimentamos el miedo].
Esta ciudad, donde me desconcierto,
es el reflejo mismo de mis miedos.
Javier Cabrera-