Es tan frágil la línea entre la paz y la guerra,
entre el amor y el odio,
entre tú y yo.
¿O no es guerra acaso la que libramos
una mañana furiosa
o resentida una noche?
Se nos escapa el amor,
uno tras otro,
en los suspiros,
mezclado de un sudor que duele cada día que pasa
y se nos va la paz y la vida con cada hora que vuela,
con cada paloma blanca asesinada
por un misil cualquiera
en una tierra extraña o en la nuestra.
Áurea López Quiles-